Sesión 58: Paso.
Supongo que debo aclarar que esto no es una recaída o un estado consciente. No. Simplemente estoy empezando a aceptar sin culpas o miedos las diferentes partes de mi 'yo'. Trato de unificar aquellas conexiones que reprimí por la rara idea de creer que mi satisfacción dependía de lo que veía el resto. (Idiota).
En fin. Esto es para aceptar mi lado oscuro. Mis deseos humanos. Mi ira y algunas cosas mas. Para recobrar mi zen. Me siento bien por hacerlo, y espero no necesitarlo por un buen rato.
(···)
Claro. Debo pasar, porque no me corresponde.
No hay nada que celebrar hoy. Al menos, no de mi parte.
Es que además de todo, en pocos dias se cumplirá 1 año desde que di mi sangre y, literalmente, una parte de mi por una causa que entonces creí valedera (o verdadera?). No necesitaba hacerlo; pude esperar un poco mas, pero quise hacerlo para dar una señal. Para establecer un principio. Al final, claro, se demostró el error. El dolor, la espera y todo lo demas no valen nada. Los hechos son mejores que las palabras solo si se sotienen en dinero. Lo demas no importa.
Escupo ira. Pena. Malas ideas. Estoy lleno de caldo para ideas, de pensamientos dispersos que no me ayudan en nada y, al contrario, me sacan del equilibrio que tan dolorosa y lentamente he podido construir. Es otra de mis tantas ironías: la motivación para reconstruirme es la causa por la que no puedo terminar el proceso. El error, luego, es la soledad impuesta. Estupidez. Egoismo. Miedo a no se que. A sentirse bien. A perder parte de la vida. Miedo de la propia vida. A la sorpresa de querer.
En fin, el hecho es claro: no tengo nada que celebrar. Lo que antes fue pena y a veces satisfacción hoy no es mas que ceniza y rabia amarga. Furia. Odio puro. Y por ahora y hasta que de el próximo paso, me gusta esa idea. De mi nada mas tendrán.
Asi pues, ha pasado ya 1 año y, aun hoy, cada vez que miro la imagen frente a mi espejo roto, el recuerdo se apodera de mi, me deforma y destroza. Entonces me invade esa ira, esa pena y aquella vieja desesperación. Quiero golpear algo, derramar lágrimas, gritar y lanzar algo contra la muralla. Entonces, ante mi sorpresa, el objeto que lanzo rebota y se devuelve a mis manos.
...oh, claro. Olvidaba que yo soy el reflejo.
Handley
En fin. Esto es para aceptar mi lado oscuro. Mis deseos humanos. Mi ira y algunas cosas mas. Para recobrar mi zen. Me siento bien por hacerlo, y espero no necesitarlo por un buen rato.
(···)
Claro. Debo pasar, porque no me corresponde.
No hay nada que celebrar hoy. Al menos, no de mi parte.
Es que además de todo, en pocos dias se cumplirá 1 año desde que di mi sangre y, literalmente, una parte de mi por una causa que entonces creí valedera (o verdadera?). No necesitaba hacerlo; pude esperar un poco mas, pero quise hacerlo para dar una señal. Para establecer un principio. Al final, claro, se demostró el error. El dolor, la espera y todo lo demas no valen nada. Los hechos son mejores que las palabras solo si se sotienen en dinero. Lo demas no importa.
Escupo ira. Pena. Malas ideas. Estoy lleno de caldo para ideas, de pensamientos dispersos que no me ayudan en nada y, al contrario, me sacan del equilibrio que tan dolorosa y lentamente he podido construir. Es otra de mis tantas ironías: la motivación para reconstruirme es la causa por la que no puedo terminar el proceso. El error, luego, es la soledad impuesta. Estupidez. Egoismo. Miedo a no se que. A sentirse bien. A perder parte de la vida. Miedo de la propia vida. A la sorpresa de querer.
En fin, el hecho es claro: no tengo nada que celebrar. Lo que antes fue pena y a veces satisfacción hoy no es mas que ceniza y rabia amarga. Furia. Odio puro. Y por ahora y hasta que de el próximo paso, me gusta esa idea. De mi nada mas tendrán.
Asi pues, ha pasado ya 1 año y, aun hoy, cada vez que miro la imagen frente a mi espejo roto, el recuerdo se apodera de mi, me deforma y destroza. Entonces me invade esa ira, esa pena y aquella vieja desesperación. Quiero golpear algo, derramar lágrimas, gritar y lanzar algo contra la muralla. Entonces, ante mi sorpresa, el objeto que lanzo rebota y se devuelve a mis manos.
...oh, claro. Olvidaba que yo soy el reflejo.
Handley