14.2.09

Sesión 58: Paso.

Supongo que debo aclarar que esto no es una recaída o un estado consciente. No. Simplemente estoy empezando a aceptar sin culpas o miedos las diferentes partes de mi 'yo'. Trato de unificar aquellas conexiones que reprimí por la rara idea de creer que mi satisfacción dependía de lo que veía el resto. (Idiota).

En fin. Esto es para aceptar mi lado oscuro. Mis deseos humanos. Mi ira y algunas cosas mas. Para recobrar mi zen. Me siento bien por hacerlo, y espero no necesitarlo por un buen rato.

(···)

Claro. Debo pasar, porque no me corresponde.
No hay nada que celebrar hoy. Al menos, no de mi parte.

Es que además de todo, en pocos dias se cumplirá 1 año desde que di mi sangre y, literalmente, una parte de mi por una causa que entonces creí valedera (o verdadera?). No necesitaba hacerlo; pude esperar un poco mas, pero quise hacerlo para dar una señal. Para establecer un principio. Al final, claro, se demostró el error. El dolor, la espera y todo lo demas no valen nada. Los hechos son mejores que las palabras solo si se sotienen en dinero. Lo demas no importa.

Escupo ira. Pena. Malas ideas. Estoy lleno de caldo para ideas, de pensamientos dispersos que no me ayudan en nada y, al contrario, me sacan del equilibrio que tan dolorosa y lentamente he podido construir. Es otra de mis tantas ironías: la motivación para reconstruirme es la causa por la que no puedo terminar el proceso. El error, luego, es la soledad impuesta. Estupidez. Egoismo. Miedo a no se que. A sentirse bien. A perder parte de la vida. Miedo de la propia vida. A la sorpresa de querer.

En fin, el hecho es claro: no tengo nada que celebrar. Lo que antes fue pena y a veces satisfacción hoy no es mas que ceniza y rabia amarga. Furia. Odio puro. Y por ahora y hasta que de el próximo paso, me gusta esa idea. De mi nada mas tendrán.

Asi pues, ha pasado ya 1 año y, aun hoy, cada vez que miro la imagen frente a mi espejo roto, el recuerdo se apodera de mi, me deforma y destroza. Entonces me invade esa ira, esa pena y aquella vieja desesperación. Quiero golpear algo, derramar lágrimas, gritar y lanzar algo contra la muralla. Entonces, ante mi sorpresa, el objeto que lanzo rebota y se devuelve a mis manos.

...oh, claro. Olvidaba que yo soy el reflejo.

Handley

7.2.09

Sesión 57: Un despertar diferente

Se ha ido la segunda semana de mi extranjería. Echo de menos algunas cosas, pero la verdad es que son muy pocas. En comparación, he encontrado la paz, el descanso y la validación personal que nunca antes me dieron. Nadie que me pida pruebas de valor, nadie duda de lo que soy (y mas importante aun, yo tampoco). Tengo la convicción de que puedo empezar a quitarme al menos el casco por ahora. Luego veremos como me va con la armadura.

Cada dia en que me levanto, es el frío del amanecer el que termina por recordarme en que parte del camino me encuentro aun. El poder sentir el viento en mi cara, el poder contemplar el alba sin miedo al sol... todo se traduce en una sonrisa cada vez menos mentirosa, en el respirar tranquilo y en ganas de cantar sin complejos. En un nuevo poema cada día, en conversaciones sin sentido, en la simple vida que tanto extrañaba.

Cada vez que camino hacia mi destino pasajero, veo como por fin el cielo se despeja frente a mis ojos. Salvo aquella nube que aun nubla mis mañanas... pero cada vez queda mas al borde de mi mirada y ademas, siempre se despeja a mediodía.

El aire frío me revive. El sol me da energías. La noche me deja pensar y al final, encontré en el ultimo lugar posible el calor humano que hacía mucho me era negado.

La felicidad es un estado que se trabaja todo el tiempo, y me alegra poder decir que, posiblemente por primera vez en los ultimos...??? años, estoy creándola de manera natural. Solo falta un par de piezas del rompecabezas, pero de seguro encontraré como hacerlas encajar. Aunque sea al estilo de Homero: con un martillo :-P

Oxígeno para todos, y suerte.

Handley